Consecuencias de un calzado demasiado apretado.
Un calzado demasiado apretado puede ejercer presión sobre diversas partes del pie. Esto no sólo limita la sensación de uso y la comodidad, sino que también puede favorecer la formación de puntos de presión, ampollas y callosidades. Además de estas consecuencias menores, llevar zapatos demasiado estrechos durante demasiado tiempo puede provocar afecciones graves, como dedos en martillo, pie plano, dedo gordo rígido y hallux valgus. Estas desalineaciones del pie pueden, a su vez, provocar el desgaste del cartílago articular y una artrosis irreversible. Los problemas de espalda también pueden ser consecuencia de un calzado demasiado apretado. Esto se debe a que interrumpen las secuencias naturales de movimiento, lo que puede provocar tensiones y desequilibrios que van desde el pie hasta la espalda, pasando por la pantorrilla y la cadera.